jueves, 16 de septiembre de 2010

Maria la infiel

Uno de los encuentros que recuerdo con más cariño fue hace un par de años, cuando contacté con un matrimonio de Sabadell, Maria y Alberto, ella morbosa señora y él cornudo, cornudo, cornudo. Su fantasía era fácil, simplemente buscaban un chico para que hiciera oral con ella pero sin que él estuviese presente, a la vez con cierta seguridad para ella y con la opción de que el cornudo posteriormente pudiese gozar de los momentos que su esposa había disfrutado. Les propuse quedar con ella en un centro comercial, que ella llevase en el bolso una videocámara y que me siguiese en el juego.

Así fue, quedé con ella, en un centro comercial a una hora en concreto con poca afluencia de público, le indiqué que me siguiese a cierta distancia con una prenda de ropa en la mano. Yo tomé otra y me metí en el probador, ella hizo lo mismo. Una vez en el pasillo del probador,ambos nos metimos en el mismo probador. Le indiqué a ella que me dejase la cámara, la encendí y empecé a grabar.

Mientras hacía la grabación le dije que se desnudase ante la cámara, luego que se arrodillase y me sacase la polla de la cremallera, me la chupó lentamente en plan pareja, salivando mucho. Me bajé los pantalones y como pude filmé un beso negro que le pedí me hiciese. Luego para acabar la agarré bien de la cabeza y le forniqué la boca, mientras le agarraba los pechos. Así llegó el momento en que me corrí en su boca. Mi semen cayó por sus pechos. Siguió lamiendo hasta dejarme limpio, luego ella se limpió con unos pañuelos de papel, mientras yo seguia filmando su cuerpo desnudo, sudado y complacido. Se subió los pantalones, se puso la blusa y le di la cámara. Salió con la prenda sin probar como una señora, en pocos segundos salí yo satisfecho.

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